TALLER DE HABILIDADES SOCIALESAprender a relacionarse adecuadamente, comprender su entorno social y mejorar la comunicación. |
¿QUÉ SON LAS HABILIDADES (O COMPETENCIAS) SOCIALES? Son un conjunto de conductas y estrategias aprendidas de forma natural (aunque también se pueden aprender y entrenar), se manifiestan en situaciones interpersonales, socialmente aceptadas (implica tener en cuenta tanto normas sociales, como criterios morales), y orientadas a la obtención de refuerzos sociales, adaptación al medio y comunicación saludable con las demás personas y con respecto a uno o una misma. Son fundamentales para entablar relaciones de calidad, y generar vinculación con diferentes tipos de personas. Nos ayudan a mantener un equilibrio sano entre YO y Los Demás. |
INFANCIA Y ADAPTACIÓN SOCIAL Existe una importante relación entre la competencia social de la infancia y la adaptación social y psicológica. Según Kelly (1987), la competencia social se relaciona con un mejor y posterior ajuste psicosocial del niño en el grupo-clase y en el grupo-amigos, y en una mejor adaptación académica y social. La baja aceptación personal, el rechazo o el aislamiento social, son consecuencias de no disponer de destrezas sociales adecuadas. |
¿PARA QUÉ SIRVEN? Según Gil y León (1995), las habilidades sociales permiten desempeñar las siguientes funciones:
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¿CÓMO SE ADQUIEREN? Mediante:
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¿QUÉ VAMOS A APRENDER? Distinguir qué conductas nos demanda una situación concreta; Cómo podemos observar y ejecutar adecuadamente; Comprobar qué nos resulta efectivo o no en nuestras actuaciones (retroalimentación); Mantener los logros alcanzados (reforzamiento); Procurar que las habilidades aprendidas se hagan habituales en nuestro repertorio (consolidación y generalización); Conseguir en definitiva una satisfacción y adaptación social en las relaciones con los demás. |
TALLER DE HÁBITOS Y TÉCNICAS DE ESTUDIOAdquisición de hábitos y estrategias favorables para la mejora del rendimiento académico. |
¿QUÉ SON LOS HÁBITOS Y TÉCICAS DE ESTUDIO? Son una serie de estrategias y procedimientos de carácter cognitivo y metacognitivo vinculados al aprendizaje. Engloban un conjunto de hábitos o modos de proceder habituales que favorezcan el estudio y resulten productivos para el niño, niña o adolescente. Desde la Psicología del aprendizaje, son distintas perspectivas aplicadas al aprendizaje general, fundamentales para alcanzar el éxito en la escuela. Hay una variedad de técnicas de estudio, que pueden enfocarse en el proceso de organizar, tomar y retener nueva información, superar exámenes, o potenciar un aprendizaje significativo. Suponen una implicación en el propio proceso del estudio, como la planificación de la actividad, el subrayado, el resumen, la elaboración de esquemas, el repaso, entre otros; así como otras estrategias que tienen un carácter más complementario, como pueden ser la toma de apuntes o la realización de trabajos escolares. |
¿CÓMO SE ADQUIEREN? Mediante:
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¿PARA QUÉ SIRVEN? Las técnicas de estudio son un conjunto de herramientas, fundamentalmente lógicas, que ayudan a mejorar el rendimiento y facilitan el proceso de estudio. Sirven al estudiante para comprender y memorizar conceptos y contenidos de las diversas asignaturas para conseguir buenos resultados académicos. Para aprender a estudiar no basta con conocer las técnicas adecuadas, es necesario ponerlas en práctica diariamente en todas las asignaturas posibles hasta conseguir el hábito de aplicarlas con naturalidad. La combinación de teoría y práctica hará que mejore su rendimiento de estudio. |
¿QUÉ VAMOS A APRENDER? A organizar y planificar sus tareas; A reforzar y adaptar las estrategias que mejor resulten a cada alumno y alumna; A responsabilizarse y tomar conciencia de las propias obligaciones frente al proceso de estudio y aprendizaje; A adquirir mayor facilidad y seguridad a la hora de abordar las tareas diarias y exámenes. |
TALLER DE EDUCACIÓN EMOCIONALAprender a identificar, gestionar de forma adecuada y dar respuesta a aquello que sentimos. |
¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN EMOCIONAL? La Inteligencia emocional es la capacidad para identificar las propias emociones y las de los demás, utilizar este conocimiento para facilitar el pensamiento, la toma de decisiones, comprender la complejidad de las emociones y regularlas de manera apropiada. Según Bisquerra (2009), las competencias emocionales son la capacidad para gestionar de manera adecuada un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular apropiadamente los fenómenos emocionales y afectivos. Permiten identificar la conciencia emocional, la regulación emocional, la autonomía emocional, la sociabilidad y las habilidades de vida para el bienestar. Entonces, la educación emocional es el proceso educativo que tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales. Es un proceso que se inicia desde la primera infancia y está presente a lo largo de toda la vida. La fundamentación teórica de la educación emocional no se limita a la inteligencia emocional, sino que toma en consideración otras referentes como por ejemplo las aportaciones de la neurociéncia, las competencias sociales, la autoestima, las investigaciones sobre el bienestar y la psicología positiva, etc. (Bisquerra y Pérez, 2007; Bisquerra, 2000). Cuando hablamos de educación no nos referimos únicamente escolarización, sino a la educación en la familia, en la sociedad, en los medios de comunicación, etc., al desarrollo emocional en el entorno general. |
INFANCIA Y DESARROLLO EMOCIONAL La inteligencia emocional no es algo que se adquiera de hoy para mañana, es un entrenamiento que perfeccionamos a lo largo de toda la vida y exige de una madurez emocional a través de algunas conquistas evolutivas. Desde la Psicología infantil, es importante entender al niño y niña como un todo que se desarrolla no sólo en el ámbito cognitivo, sino también -y paralelamente- en el ámbito motor, moral, social y afectivo, ya que todos estos ámbitos contribuyen de una u otra forma al desarrollo de su personalidad. La educación emocional comienza a desarrollarse durante la infancia, cuando la información se aprende a través de la observación, del ejemplo. Durante este periodo crítico de aprendizaje, los niños y las niñas establecen sus actitudes, pueden considerarse buenos o malos, hábiles o torpes, felices o infelices, etc., y van tomando como propias las creencias, opiniones, líneas de actuación, de confrontación y de gestión del conflicto. Los niños y niñas se irán formando en la madurez emocional a medida que los padres y su entorno más próximo la enseñen y la practiquen con ellos, teniendo en cuenta aspectos tales como: abrirse a la comunicación y a la expresión, ir tomando responsabilidad y consciencia de lo que uno siente, no permitir abuso mediante el miedo o la manipulación, ser sinceros, comprender los temores, alentar los recursos emocionalmente cultivados, enseñarles autodefensa emocional (decir lo que le gusta o desagrada) y ser paciente (tolerancia a la frustración). Consideramos de vital importancia la educación emocional para poder adquirir una mejor madurez emocional, que no sólo le servirán para desenvolverse en la escuela y tener amigos, sino para toda la vida. |
¿PARA QUÉ SIRVE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL? Para tener mejor conocimiento de las propias emociones e identificar las emociones de los demás. Nos permite desarrollar la habilidad de controlar las propias emociones y por tanto, prevenir los efectos perjudiciales de las emociones negativas y desarrollar la habilidad para generar emociones positivas. Desarrollar una mayor competencia emocional, especialmente para desarrollar la habilidad de automotivarse y para adoptar una actitud positiva ante la vida. Tomar conciencia de los factores que nos inducen al bienestar. Aprender a fluir, potenciar la capacidad para ser feliz, desarrollar la tolerancia a la frustración. |
¿CÓMO SE ADQUIEREN? Mediante:
Autoconocimiento, Automotivación, Autocontrol y Empatía. |
¿QUÉ VAMOS A APRENDER? A reconocer e identificar las emociones básicas e indagar en cada una de ellas. Aprender a expresar y controlar adecuadamente aquello que se siente. Aprender estrategias para gestionar de manera saludable las emociones negativas. Comprender la interrelación entre lo que pienso, lo que siento y lo que hago. Atender a cuestiones cotidianas, como:
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